La “Escuela de danzas” de Lorena Peralta cumplió 22 años en 25 de Mayo

“Son 22 años de trayectoria. El tiempo han pasado muy rápido. Tener una escuela fue el sueño que traigo desde los 6 años cuando me metí en el mundo de la danza clásica y gracias a Dios, lo pude llevar a cabo”, adelantó la profesora Lorena Peralta (foto). “Uno siente mucha satisfacción y estoy orgullosa de lo que he logrado. Y cada año uno mira para atrás y observa lo que ha pasado y te encontrás con un montón de cosas. No fue un camino fácil, pero son más las satisfacciones que los sin sabores”, reconoció.

“Siempre supe que esto era lo que me gustaba, que era mi vocación y lo sigo sosteniendo más allá de que los tiempos han cambiado, pero la satisfacción de poder hacer lo que a uno le gusta durante tantos años, es enorme”, subrayó.

“La danza clásica, el jazz y la contemporánea siguen muy vigentes, pese a que cuesta más porque es cierto, han surgido nuevas disciplinas. La realidad es que estas danzas son académicas cuya formación lleva muchos años. Y hay que tener disciplina, compromiso, esfuerzo y dedicación. Y sobre todo, trabajar mucho con el tema de la frustración”, sostuvo. Y añadió: “La danza clásica es sumamente maravillosa, pero no es fácil desde lo técnico y necesitamos de esa paciencia, disciplina y la tolerancia para superar momentos complejos en cuanto a pasos que no salen de un día para el otro; sino llevan meses aprenderlos”.

En cuanto a la actualidad, comentó que “la Escuela está muy bien. Hay muchas ofertas y uno debe estar todo el tiempo renovándose. Yo me dedico a la danza clásica, árabe y jazz, y seguimos formándonos y buscar cosas nuevas que aporten a esas disciplinas”.

“Nosotros al ser una escuela, uno forma a esos niñas en la carrera que es extensa, donde la formación es completa porque incluye la teoría y la práctica, lo cual lo hace integral”.

“Tenemos el aval del Instituto Superior Artístico (ISA) que se encargan a tomar los exámenes a las alumnas y el título que reciben, es el de Profesor Superior de danza clásica, árabe o jazz”, manifestó.

“La mayor satisfacción es cuando una alumna recibe el título y empieza a dictar clases. Incluso, una de ellas que se recibió el año pasado, me está ayudando. Y ese es el mayor orgullo y satisfacción”, finalizó.